Avances Documental "Saman Nos Contamina"

Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Arboles

EDUARDO GALEANO Adelantado Ambiental

"Se trata de monocultivos de exportación, en la más pura tradición colonial: inmensas plantaciones artificiales que dicen ser bosques y se convierten en celulosa en un proceso industrial que arroja desechos químicos a los ríos y hace irrespirable el aire."

SOBERANIA ALIMENTARIA

El Impacto de la Forestación - Redes Amigos de la Tierra

PORQUE NO COMEMOS EUCALIPTUS!! -


Untitled from Victor Burgos on Vimeo. STORA ENSO empresa de 50% de capital noruego y 50% de la empresa sueco finlandesa Stora Enso, que plantó eucalipto en el municipio de Napoli, al sur de Bahía, 96 mil hectáreas en un área de reserva ambiental. El ministerio público de Napoli condenó a la empresa a pagar 20 millones de reales, por el desmonto de la mata atlántica, y obligada a replantear la forestación que destruyó para producir eucalipto. “Estas situaciones se dan mucho con los gobiernos locales que flexibilizan las leyes para atraer inversionesdenunció. Lourdes Vicente ASI MISMO SIGUEN AVANZANDO SOBRE EL NORTE URUGUAYO Y ANUNCIAN MAS COMPRA DE TIERRA Y UNA PLANTA EN PASO DE LOS TOROS. HASTA QUE PUNTO NUESTRO PAISITO SOPORTARA ESTA COLONIZACIÓN!!!!!

MONTAÑAS DE PAPEL, MONTAÑA DE INJUSTICIA

viernes, 29 de agosto de 2008

LA SOJA EN URUGUAY: La creación de un nuevo bloque de poder.

La soja en Uruguay: La creación de un nuevo bloque de poder
Raúl Zibechi | 10 de junio de 2008

Disponible en la traducción: The Soybean Crop in Uruguay: The Creation of a Power Block




Programa de las Américas www.ircamericas.org


Como sucede en todos los países de la región, la expansión de los monocultivos y la fuerte presencia de empresas multinacionales está creando las condiciones para la formación de nuevos bloques de poder que son los que están orientando las grandes decisiones políticas.

Probablemente Uruguay tenga el récord de expansión de soja en la región, al haber sido el país donde más creció en menos tiempo. Desde el año 2003, la superficie sembrada se multiplicó por 15. En tan pocos años, la soja desplazó otros cultivos tradicionales, como el girasol, el trigo y el sorgo, modificó las formas de siembra y se convirtió en el cultivo estrella. Pero no es, en absoluto, el único cambio que registra el Uruguay luego de la crisis de 2002.

Como acaba de asegurar el magnate mexicano Carlos Slim, "las crisis son oportunidades"1. De la mano de la crisis financiera de 2002, un 25% de la tierra cultivable del país pasó a manos extranjeras. Las mayores compras fueron realizadas por capitales argentinos que controlan la mitad de la producción de soja. Pero no es el único sector: la industria de la carne, la más importante del país, ha sido controlada por brasileños, al igual que el arroz, el mayor cultivo de exportación.

El poder de la soja
En la campaña 2001-2002 había sólo 28,900 hectáreas sembradas con soja. En la campaña 2007-2008 ya son 450,000 hectáreas. Pero se cree que puede llegar al millón. Las razones de este brutal crecimiento hay que buscarlas en Argentina, país de donde proceden quienes cultivan el 54% de la soja en Uruguay. El precio de la tierra es la mitad que en Argentina y no existen impuestos a las exportaciones. Aunque la productividad es menor, la elevada presión tributaria decidida por el gobierno de Cristina Fernández, que ha sido la excusa para el actual conflicto con los agricultores, parece destinada a incrementar la oleada de empresarios que se decidieron por Uruguay desde el año 2003.

En el Litoral—donde están las mejores tierras—ya desplazó a la gandería y amenaza con desplazar a la lechería. De las 16 millones de hectáreas disponibles para la agropecuaria, 13 millones se utilizan para la ganadería, un millón para la agricultura y otro millón están destinadas a la forestación. La ganadería estaría perdiendo unas 350,000 hectáreas al año por la expansión de la soja y se estima que puede caer hasta las nueve millones de hectáreas, en tanto la agricultura pasará de una a tres ó cuatro millones. En la década de 1950, la agricultura llegó a 1,6 millones de hectáreas para caer a un mínimo de 400,000 hectáreas en 20012.

En la zafra actual, "seis empresas, la mayoría extranjeras o relacionadas a capital extranjero, plantan aproximadamente un 25% del área agrícola"3. Sólo el grupo Los Grobo, del argentino Gustavo Grobocopatel, tiene 40,000 hectáreas con soja bajo el nombre Agronegocios del Plata. No son los únicos: el grupo El Tejar cultiva unas 50,000 hectáreas, la mitad con soja; MSU (Manuel Santos Uribelarrea), el Grupo Ceres Tolvas y Calyx Agro (vinculado a la multinacional Dreyfus), todos provenientes de Argentina, combinan la soja cona otros cerales.

El precio de la tierra es una de las claves. Las buenas tierras argentinas para cultivo de soja se cotizan a unos 10,000 dólares la hectárea. En Uruguay oscilan entre dos y cinco mil dólares. Pero en el año 2000, esas mismas tierras valían unos 400 dólares la hectárea. Por eso tantos productores, ávidos de ganancias fáciles, deciden arrendar sus tierras a los pools de siembra de soja. Una hectárea de tambo (lechería) se paga en arriendo a unos 70 dólares. Para soja puede superar los 200 dólares. La rentabilidad de la producción agrícola es entre seis y siete veces superior a la que ofrece la ganadería, por los altos precios internacionales de los granos.

Con la soja la agricultura se convierte en puro negocio gestionado por los "gerenciadores agrícolas", quienes no diferencian entre agricultura y finanzas. Para cubrirse de eventuales riesgos, contratan seguros y fijan precios en función del mercado de futuros de Chicago, diversifican los clientes y los cultivos, la siembra se dispersa en el país y la región, lo que hace que "el negocio no sea más riesgoso que otras actividades financieras"4.

La soja ocupa alrededor del 60% de las tierras dedicadas a la agricultura, pero sigue creciendo todos los años. El girasol, que representaba alrededor del 40% de la superficie cultivada, se redujo al 8.5% en 2007 y el maíz pasó del 30 a sólo el 11.6%.

En 2001, las explotaciones de más de mil hectáreas ocupaban el 7% de la superficie agrícola. Para 2006 ya controlaban el 15% y producían el 57% de la soja pese a que representan sólo el 7% del total de productores. O sea, sólo 54 productores concentran más de la mitad de la producción de soja5. Entre 2000 y 2005, el 47% de los productores agrícolas familiares (con un promedio de 216 hectáreas), abandonaron la agricultura. En el otro extremo, los grandes empresarios agrícola-ganaderos pasaron, en el mismo período, de un promedio de 1,878 a 3,309 hectáreas por productor6.

Por último, la soja no crea puestos de trabajo por la abundante utilización de herbicidas y la absoluta mecanización del cultivo. La lechería ocupa unos 22 trabajadores cada mil hectáreas, la agricultura cerealera da empleo a 10, mientras la soja emplea dos a cinco trabajadores cada mil hectáreas. Sólo la forestación crea menos empleo que la soja.

Un país en remate
Aunque los datos no son nada precisos, se calcula que en el año 2000 el 10% de la tierra estaba en manos de extranjeros7. En los últimos seis años, cuatro millones de hectáreas, un 25% de la superficie cultivable, pasaron a manos de extranjeros8. En Brasil sólo cinco millones de hectáreas están en manos de extranjeros, pese a que tiene una superficie 50 veces mayor.

La mitad del millón de hectáreas que ocupa la forestación está en manos de multinacionales. La empresa finlandesa Botnia tiene 160,000 hectáreas a nombre de Forestal Oriental; la española Ence posee 127,000 hectáreas a nombre de Eufores; la estadounidense Weyerhaeuser tiene 150,000 y la sueca Sora Enso compró 45,000 pero necesitará 120,000 cuando instale su planta. En total medio millón de hectáreas de pino y eucaliptus en manos de grandes empresas extranjeras.

Empresas brasileñas compraron los más grandes frigoríficos de Uruguay. El grupo Marfrig compró los frigoríficos Colonia, Tacuarembó y San José, con lo que sólo ese grupo brasileño controla el 40% de la faena de carne. Con el arroz sucede lo mismo. En 2007, la empresa Camin de Rio Grande do Sul, compró la mayor empresa arrocera uruguaya. El grueso de la cadena del arroz (cultivo, acopio y exportación) está en manos de empresas brasileñas, hacia donde se dirigen la casi totalidad de las exportaciones de ese rubro9.

Ahora está siendo el turno de la lechería, donde están llegando grandes inversores neozelandeses y brasileños. La elevada concentración del sector agropecuario está estrechamente vinculada al proceso de extranjerización: el 72% de la faena de ganado la procesan sólo 10 frigoríficos; el 88% de la faena de cerdos está en manos de cuatro plantas y sólo dos plantas concentran el 80% de la leche procesada10.

La situación es tan grave, que las autoridades del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca muestran nerviosismo cuando hablan de tema, ya que se han dado muy pocos pasos adelante a la hora de tomar medidas. El parlamento aprobó una ley que obiliga a las sociedades anónimas propietarias de tierras a convertirse en sociedades nominativas, con el objetivo de que en dos años los propietarios de campos tengan nombre y apellido y el Estado pueda conocer la superficie en manos de extranjeros.

Pero, como sucede en Brasil, los verdaderos propietarios pueden esconderse detrás de "socios" uruguayos. Aún así, las inversiones forestales y los fondos de ahorro previsional, nacionales y extranjeros, no están obligados a "blanquear" la propiedad de la tierra. Pero deberán demostrar que invierten en teconología y emplean trabajadores uruguayos. Se debate también la posibilidad de impedir que los extranjeros adquieran tierras en las fronteras y poner topes a las compras de empresas extranjeras11.

Sin embargo, en el seno del gobierno hay diferencias entre quienes creen que toda inversión es positiva y los que siguen apostando a que sea el Estado, y no las grandes multinacionales, quien decida hacia dónde, cómo y en qué áreas debe crecer el país.

Uno de los graves problemas que está generando la soja es que los hábitos de siembra han cambiado radicalmente. Los agricultores tradicionales, aún tratándose de grandes empresarios, practican la rotación de cultivos agrícolas con pasturas, como forma de preservar la tierra. La fertilidad que se pierde durante los cultivos se recupera en la etapa de pasturas, por la materia orgánica que aportan.

Pero los sojeros utilizan la agricultura continua, que los diferencia del resto de los agricultores. Al no haber rotación, la tierra no se recupera y requiere cada vez más fertilizantes y agrotóxicos. Pero la agricultura continua es posible porque se ha incoporado el sistema de siembra directa, que sustituye el laboreo convencional que removía la tierra en profundidad.

La siembra directa introduce las semillas sin remover la tierra, lo que podría reducir la erosión. Este sistema depende del uso masivo de herbicidas para controlar las malezas, pero se lo fomenta por ser más económico y evitar la rotación con las pasturas, lo que intensifica el uso de la tierra. Según los especialistas, por no haber laboreo convencional y porque el rastrojo de la soja se descompone más rápido que el de otros cultivos, durante seis meses la tierra se queda sin cobertura vegetal, por lo tanto el impacto de la lluvia aumenta la erosión. La soja es uno de los cultivos que más afecta la fertilidad del suelo.

Esto llevó al ministro de Ganadería, Ernesto Agazzi, a señalar que "el desarrollo agropecuario debe ser ambientalmente, económicamente y socialmente sustentable". Advirtió que es posible que "la angurria de ganar mucho ahora con una agricultura muy intensiva, no sea sostenible con los recursos que como país tenemos", y dijo que "formar un centímetro de suelo lleva mil años y destruirlo sólo un rato". Llamó a los productores a cuidar la fertilidad del suelo porque "es un recurso público"12.

Nuevo bloque de poder
Los países del Mercosur han desplazado a los Estados Unidos como principales productores de soja en el mundo. En efecto, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay (a los que debería sumarse Bolivia, por su elevada producción en el departamento de San Cruz), alcanzaron 105 millones de toneladas anuales de soja, frente a 87 millones de Estados Unidos.

Este cambio forma parte del proceso de reprimarización de las economías de la región, orientada hacia la exportación, en base a los nuevos desarrollos tecnológicos de la agricultura industrial. Dicho de otro modo, a esta parte del mundo le corresponde—en la división internacional del trabajo—la producción de commodities agrícolas para alimento del ganado del Norte. Por eso, el área de soja se incrementó en un 120% en América Latina entre 1990 y 2005.

Uno de los cambios decisivos que introdujo la soja, es la modificación de la organización empresarial. El eje de la cadena se trasladó del cultivador al comprador de granos, que se convirtió en la fuente de financiación principal13. Esto explica, en gran medida, el papel de las grandes empresas multinacionales y la concentración de la producción, y que la agricultura haya pasado a ser un simple negocio especulativo.

Un segundo elemento a tener en cuenta, es el grado de industrialización de la soja. La mayor parte de la soja se exporta en grano sin procesar, con la excepción de Argentina. En la zafra 2007, en Brasil sólo se industrializó el 52% de la producción, pero Argentina procesó el 71% de su producción bajo la forma de harinas y aceite de soja14. Uruguay es el caso opuesto: sólo industrializa el 5%, mientras el 95% se exporta en grano.

Resulta evidente que exportar granos genera muy pocos puestos de trabajo. Argentina elevó los impuestos a las exportaciones de grano como forma de potenciar la industria alimenticia, a la que el gobierno subsidia. De alguna manera, la política argentina favorece la creación de empleo, aunque no existe política distributiva del gobierno que se limita a favorecer a los grandes grupos productores y exportadores de harina y aceite, con los que mantiene una sólida alianza.

En este punto, resulta interesante constatar que, aunque practican políticas parcialmente distintas, los resultados favorecen siempre a los mismos. El 50% del procesamiento de grano en Brasil corresponde a cuatro empresas, siendo las tres primeras estadounidenses: Bunge, ADM y Cargill. En Argentina, sólo tres empresas controlan el 50%, siendo dos de ellas Bunge y Cargill, y una tercera la agentina Vicentín15. La fase industrial está en las mismas manos, y tan concentradas, como la fase comercial.

Volvamos a Uruguay, país que no industrializa la soja y donde la concentración de las exportaciones es mayor aún que entre sus vecinos. Las cinco mayores controlan el 77% de las exportaciones. La primera es la estadounidense ADM (Archer Daniels Midland), con el 21.5% de la soja exportada. En 1996, el Departamento de Justicia de Estados Unidos le puso la mayor multa criminal antimonopólica en la historia del país, de 100 millones de dólares, por su papel en el cartel de lisina y ácido cítrico.

La segunda es la estadounidense Cargill, con el 18.6%. Luego vienen tres grupos argentinos: Agronegocios del Plata, del grupo Los Grobo, que controla el 15%; seguido de Pérez Companc, con el 11%; y en quinto lugar una subsidiaria de Dreyfus, Uruagri, con el 10.6%16. En suma: dos multinacionales estadounidenses controlan el 40% de las exportaciones uruguayas de soja, en tanto tres argentinas controlan otro 37%. Para completar el panorama, debe decirse que Uruguay es un importador de harinas, aceites y derivados industriales de la soja, y de todos los insumos que necesita el cultivo, desde semillas hasta agroquímicos y fertilizantes. Exportamos granos en bruto y los importamos industrializados.

Estos son los nuevos factores de poder, en el país y en la región. Los gobiernos progresistas de Luiz Inacio Lula da Silva, Cristina Fernández y Tabaré Vázquez, se vienen apoyando en este nuevo bloque de poder formado por las elites locales, vinculadas al agrobusiness y las multinacionales del sector. A raíz de la renuncia de Marina Silva como ministra de Medio Ambiente del gobienrno de Lula, el MST (movimiento sin tierra), señaló que se trató de una nueva victoria del agronegocio.

"El agronegocio es hoy protagonista de la gran destrucción de la Amazonia", que utiliza "la máquina estatal con fines privados". En base a ocupaciones ilegales por grandes latifundistas, se desmonta la selva para comercializar la madera, para luego se introducir ganado y soja. "Este proceso lo encabeza el capital financiero y las grandes multinacionales del agronegocio como Cargill, Bunge, Monsanto, Syngenta, Stora Enso y Aracruz", dice el MST17.

La alianza de los gobiernos del Cono Sur con el agronegocio es, como se dice en el Río de la Plata, "pan para hoy y hambre para mañana". En dos sentidos. Uno, literario, porque como se ha denunciado tantas veces, los monocultivos atentan contra la soberanía alimentaria. Y, en segundo lugar, porque los nuevos bloques de poder que estos gobiernos contribuyeron a fortalecer, ya comienzan a pedir más de lo que esos mismos gobiernos pueden darles, sin llegar a perder sus bases de apoyo popular. El lock out patronal argentino es una muestra de lo que se avecina.

Notas
Declaraciones al diario El País (España), 8 de junio de 2008.
"El País agropecuario", ob. cit.
Idem.
"Soja transgénica y sus impactos en Uruguay", ob. cit. p. 45.
Idem, p. 176.
Idem, pp. 43 a 45.
Idem, p. 178.
"Los dueños del Uruguay", ob. cit.
Idem.
"Soja transgénica y sus impactos en Uruguay", p. 142.
"Los dueños del Uruguay", ob. cit.
Raúl Zibechi, ob. cit.
"Soja transgénica y sus impactos en Uruguay", p. 25.
Idem, p. 159.
Idem, p. 163.
Idem, p. 29.
"Plantado no desmate", MST, 28 de mayo de 2008 en www.mst.org.br.



Raúl Zibechi es miembro del Consejo de Redacción del semanario Brecha de Montevideo, docente e investigador sobre movimientos sociales en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor a varios grupos sociales. Es colaborador mensual con el Programa de las Américas (www.ircamericas.org).

Para usar este artículo, favor de contactar a americas@ciponline.org. Las opiniones expresadas aqui son del autor y no necesariamente representan las opiniones del Programa de las Américas o el Centro para la Política Internacional.



Recursos

Blum A., Narbondo I., Oyantçabal G. y Sancho D, Soja transgénica y sus impactos en Uruguay, RAP-AL, Montevideo, marzo de 2008.

"El País Agropecuario", suplemento de El País (Uruguay) 26 de marzo de 2008.

"Los dueños del Uruguay", El País (Uruguay), 31 de mayo de 2008.

Raúl Zibechi, "El desembarco del agronegocio en Uruguay. La tentación del diablo", Brecha, mayo de 2008.

"La Liga" Investigación sobre LA SOJA TRANSGÉNICA

la soja transgénica 1 investigación de "la Liga"

capitulo 1 de 4 copyright "la liga",investigació n ... campo siembra intereses soja transgénicos pesticidas agroquímicos ...



capitulo 2 de la investigación sobre la soja del programa La Liga. ... soja campo agroquímicos pesticidas negociados ...




la soja transgénica 3- investigación de "la Liga"

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soja transgénica 4 final de investigación de "la Liga"
capítulo 4 final de la investigación sobre la soja. copyright"la Liga" ... campo soja monsanto agroquímicos De Angelli ...

jueves, 28 de agosto de 2008

La Forestación debe ser frenada de inmediato

la Forestación debe ser frenada de inmediato
Se acaba de confirmar que en poco tiempo más se instalará en el país una nueva planta de celulosa, esta vez de la portuguesa Portucel. Se sumaría a la finlandesa Botnia, que ya está funcionando, la española ENCE, que se está construyendo en el departamento de Colonia, y la sueca Stora Enso, que ratificó su voluntad de construir una fábrica aquí. La inversión de Portucel sería la más importante realizada en el país por una firma extranjera: más de 2.000 millones de dólares, el doble de la de Botnia. Parecería que no hay límites para la “celulolización” del Uruguay…
Parecería. Todo esto remonta a 1987, cuando el Estado comenzó a definir una política en relación a esta industria consensuada por todo el espectro político. Ese año, los partidos conservadores que hasta entonces se habían alternado en el gobierno y la coalición de centroizquierda Frente Amplio acordaron dos cosas centrales: que el Estado promoviera las plantaciones por medio de una serie de medidas y subvenciones y la definición de zonas donde plantar.
Se partía de la creencia de que plantar árboles era plantar bosques, y que plantar bosques era bueno. Desde la industria forestal se decía, y se dice todavía, que cualquier plantación servía para proteger el suelo, regular el ciclo hidrológico, conservar flora y fauna y generar empleo. Eso, que se creyó,sin dudas con honestidad, que era cierto en el 87 (yo mismo lo creí) ahora se ha demostrado que no lo es.
Publicación de la Secretaría Latinoamericana de la Union Internacional de Trabajadores de la Alimentacion (Rel-Uita)
Para acceder a este documento (formato PDF) haga clic sobre el enlace a continuación y descargue el archivo:
La Forestación debe ser frenada de inmediato

Autor | Daniel Gatti 27 agosto 2008 http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/43417

martes, 26 de agosto de 2008

La otra cara de la soja: ahora productores apícolas sin espacio para sus colmena

La otra cara de la soja: ahora productores apícolas sin espacio para sus colmena


La preocupación de los apicultores duraznenses por la falta de espacios seguros para sus abejas, producto entre otras cosas del cultivo de la soja, fue planteado días pasados en charla abierta de la que participaran representantes de Rap-al y del grupo ambiental Guayubira

Tras el encuentro desarrollado en la sede de Aebu, en el que se expuso sobre el uso masivo e indiscriminado de plaguicidas que según se indicó atentan contra la vida, la salud y el ambiente, el productor Carlos Bianqui planteó a EL ACONTECER su preocupación por la “pérdida de lugares”. Si bien en Durazno han muerto colmenas, al momento no se ha podido detectar que la causa esté precisamente en los denominados agrotóxicos, hecho que si se comprobara tiempo atrás en el vecino departamento de Flores.

Un antes y un después...

La llegada de la soja, hoy se está plantando en campos que antes eran utilizados para cultivar leguminosas -trébol, lotus, etc- ha marcado un antes y un después para los apicultores. “Son lugares en los que nosotros no tenemos la posibilidad de tener colmenas porque si bien la soja produce néctar y polen, el tratamiento con insecticidas que se le realiza termina matando a las abejas”. Muy diferente sería la situación, puntualizó el productor, si se utilizará algún insecticida no tóxico para la abeja -en el mercado hay- “De todas maneras son temas que se deberían reglamentar y llevarían su tiempo”.

Se acumulan colmenas

Reconoció que la baja en la producción de miel constatada en el presente año nada tiene que ver con la situación puntual que viven los apicultores como consecuencia del avance de las plantaciones de soja. Sucede, manifestó, que fue un año malo para el agro como consecuencia de la seca.

No obstante entiende que a la larga la corrida terminará pesando. “Hoy estamos acumulando colmenas. En lugares en los que quizás habría espacio para 100 apicultores, hay 150”.

Bianqui reconoció que él perdió dos lugares por la llegada de la soja. “Debí correrlas porque si las dejó allí se morían evenenadas”.

Tampoco accedemos a los montes

La corrida, precisó Bianqui, también incluye a montes de eucaliptus que dan muy buena producción pero a la cual los productores no pueden acceder por que no se les permite. “Cada vez se nos excluye más de producción”, indicó.

Para Rap-al la soja conspira contra los productores de alimentos

María Cárcamo, representante en Uruguay de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina Rap-al, no duda que el avance de la soja continuará.

Sostiene que para las abejas, producto de los insecticidas utilizados, que directamente las mata, el tema es realmente preocupante. “Algunos de ellos ya han sido suspendidos en países como Alemania, tras campañas llevadas adelante por los apicultores.”. La muerte de abejas, indicó, es un tema que está en el tapete a nivel mundial.

El aumento en las plantaciones se dará, indicó la técnica, dada la promoción de la soja para los agrocombustibles. Aún cuando prefirió no vincular directamente a la mortandad de peces ocurrida meses atrás en el Río Negro, señaló que los agrotóxicos son muy contaminantes para los seres vivos. Catalogó de muy tibias a las medidas adoptadas al momento por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.La coexistencia de cultivos transgénicos con los que no lo son es prácticamente imposible en virtud de la gran aplicación de agrotóxicos, precisó.

La utilización de grandes extensiones de tierra en plantaciones como la soja poco a poco van corriendo a otros productores -caso de los apícolas-. La tierra -el suelo- sufre las consecuencias de este tipo de plantaciones. La rotación de cultivos planteada por el gobierno es para Cárcamo una medida mínima. “Es un producción que genera una destrucción de la tierra dado que no deja suficientes residuos que puedan descomponerse en ella”.

Diario El Acontecer, Internet, 12-8-08

Fumigaciones aéreas en Canelones

Uruguay: fumigaciones aéreas en Canelones


Por amplia mayoría, se resolvió exhortar al Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) y a la intendencia que se prohíban las fumigaciones aéreas

Sesionó el lunes 28 de julio en Santa Rosa, con la presencia de los integrantes del Consejo Agropecuario Departamental, representantes de 27 organizaciones, entre las que se encontraban las Sociedades de Fomento Rural (SFRs) y Cooperativas afiliadas a Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR), y la delegada de la Junta Departamental canaria.

Entre lo más destacable, estuvo una propuesta de la SFR de Santa Rosa para que se realizara formalmente desde la Mesa de Desarrollo una solicitud al MGAP y a la Intendencia Municipal de Canelones, de que se prohíba la fumigación aérea en todo el departamento.

Este planteo se viene realizando desde bastante tiempo atrás, e incluso formó parte del debate en el Taller realizado en Santa Rosa en junio pasado, del que informáramos detalladamente en este Boletín Electrónico. Resulta de la situación verificada ante la constatación de que se habían realizado fumigaciones aéreas en una plantación de sorgo en las cercanías de Sauce, afectando a un buen número de casas habitación, e incluso a una escuela en funcionamiento.

Habida cuenta del reducido tamaño de los predios en el departamento -lo que a su vez genera la existencia de hogares a poca distancia uno de otro, así como la cercanía entre los distintos centros poblados-, la Mesa de Desarrollo Rural de Canelones entendió pertinente la solicitud de la SFR de Santa Rosa y la apoyó por amplísima mayoría, con el voto contrario de tan sólo dos de los participantes.

Además de priorizar los aspectos vinculados a la protección de la salud de la población, este planteo tiene obviamente claras connotaciones desde el punto de vista de la planificación productiva, el ordenamiento territorial y la protección de la producción familiar del departamento que está dirigida fundamentalmente a la producción de rubros de la granja.

Rel-UITA, Internet, 7-8-08

La aceptación social de los monocultivos en la periferia planetaria

La aceptación social de los monocultivos en la periferia planetaria


Valiéndose de la política de los hechos consumados (los alimentos transgénicos se empezaron a producir, y a consumir en el país sin que existiera la menor legislación al respecto; se podría decir que son perfectamente ilegales), barriendo con obstáculos, invadiendo tierras que eran de selva (de enorme valor ambiental) u “ocupadas” por campesinos pobres y sin títulos (por más que el mismísimo derecho burgués les tendría que haber otorgado la titularidad mediante la usucapión muchas décadas atrás) y que para tales trabajadores y habitantes eran de enorme valor social y económico; barriendo también con explotación lechera (miles de tambos “convertidos” a la soja; pensemos lo pesado o imposible de la reconversión), y hasta con algo de la producción de trigo, alimento humano por excelencia, concentrando los planteles vacunos en feed lot con lo cual aumentan los rendimientos a un costo sanitario no calculado e incalculable, usando –los protagonistas madeinUSA– las tierras argentinas como cabecera de puente para contrabandear material transgénico a Brasil (país que resistiera la penetración de Monsanto y el USDA, seguramente porque no gozó de las “relaciones carnales” que hicieron la delicia del menemato), la soja se ha convertido en “reina”, al decir de sus cultores, ideólogos y abanderados.

Alguna literatura antiimperialista, producciones más o menos intelectuales o militantes de denuncia revelan una idea simplificada de la exacción imperial. Imaginan un ente apropiador devastando la tierra hollada y que en ella sólo quedan los restos del saqueo o en todo caso, los restos de los refractarios que resistieron la exacción.

Imagen que, sin embargo, se basa en verdades, como puede ser la formidable recopilación que hace ya cuatro décadas hiciera Eduardo Galeano en sus Venas abiertas.

Tales descripciones no omiten incluso el placer que la exacción imperial provoca en las capas o castas privilegiadas que “administran” esa relación. Es difícil olvidar, por ejemplo, tras la lectura de la investigación de Galeano, la dispendiosidad que la sociedad potosina en la Bolivia, mejor dicho en el Altiplano colonial, tenía en sus fiestas, estrellando las copas de cristal al estilo que se le atribuía a la aristocracia rusa. Potosí, en el siglo XVII con sus 150 mil, 160 mil habitantes, y sus minerales, pasaba por ser una de las ciudades más populosas y ricas del planeta (Potosí, hoy sin minerales, no llega a los cien mil habitantes).

En la descripción de las viejas economías de enclave con las cuales el imperialismo moderno se fue configurando, mediante asentamientos costeros que servían tanto para traficar esclavos (mediante el eufemístico término de “liberarlos”1) como para iniciar el despojo de sociedades locales, algo que en América Latina se desplegó bajo las formas de asentamientos mineros y economías de plantación, parece ser muy exiguo lo que le restaba a las sociedades que sufrían dichos asentamientos. Era el extranjero el que se lleva la parte del león. En América, son las plantaciones de caña de azúcar en Cuba o en Haití, son las minas de plata, cobre, estaño.

Aquel estilo o fase de cierta simplicidad política y administrativa para el despojo ha ido cediendo ante el despliegue de formas políticas en las regiones periféricas, ya sea adoptando las estructuras del dominador, ya sea resistiendo y reasumiendo estructuras propias de la sociedad invadida, con la correspondiente constitución de capas dirigentes y propietarias locales. En continentes como el americano, los estados emergentes adaptaron las formas políticas de los conquistadores y el “Nuevo Mundo” no fue sino una reedición, mejorada o empeorada, del Viejo Mundo, aunque en los últimos tiempos esté aflorando con fuerza creciente el tejido social y cultural ahogado por la europeización. Y América fue, de lejos, con Oceanía, el continente más europeizado del planeta.

Así, ya entrando al s. XX será la banana en el Caribe tropical o la lana en el sur templado y tantos otros productos primarios o artesanales la “contribución” americana al mercado mundial, y cada vez más el petróleo, la “sangre” que circula y alimenta la economía moderna.

Las economías periféricas, empero, conservan un rasgo fundamental de los viejos asentamientos de enclave: su pertenencia a un sistema económico más o menos mundial, con centro en otra parte. Las zonas francas son sus más conspicuas ejemplificaciones.2

Con ello sobreviene la eterna discusión entre sectores, escuelas y sectas de izquierda acerca de si puede existir, hacerse fuerte, tejer un camino propio, la burguesía nacional. Más allá de los signos identitarios y jurídicos que dan fe de la existencia de tal universo, lo cierto es que los capitales, es decir los capitalistas más fuertes de los países periféricos, tejen sus estructuras productivas en función del sistema capitalista central y mayor, en el cual se sienten contenidos. No es un problema exclusivamente económico, de rentabilidad o de mercado. Es un problema de identidad: nuestros burgueses –argentinos, uruguayos– han tenido demasiado a menudo su capital mental en Londres, París, Nueva York o Miami más que en Buenos Aires o Montevideo.

Avance “argentino” de soja cada vez más arrollador

Para implantar la soja en Argentina como en tierra conquistada sus promotores se han valido del deslumbramiento tecnológico, indisolublemente unido a la idea de progreso. Tales rasgos se despolitizan y naturalizan de modo tal que, los titulares del complejo sojero lucharán por su implantación con la mejor de las conciencias. Como por otra parte, tales avances son pingües negocios, podrán unir la buena conciencia con el bolsillo forrado, lo cual incrementa el celo puesto en la empresa.3

El complejo sojero se asienta en Argentina a mediados de los ‘90 con la anuencia o la entrega incondicional del menemato a las orientaciones orquestadas desde el norte. Desmontando al estado argentino, el Ministerio de Agricultura de EE.UU. (USDA, por su sigla en inglés) y Monsanto4 han orientado la producción agraria argentina, con una buena base de apoyo local, es cierto, seducida por la idea del progreso tecnológico.

Para el desembarco en el campo argentino, entonces, han ocupado “las cabeceras de playa” que consideraron estratégicamente claves. Así se han ido haciendo de las semillerías y de las empresas de suministros. Entendámoslos: su objetivo es la total dependencia alimentaria. De todos nosotros hacia el pequeñísimo núcleo de los dueños ya no de los medios de producción en general sino bien en particular, de las semillas para el alimento de cada día.

También han ayudado generosamente a diversos investigadores del área que han visto así mejorar sus equipamientos por fuera de los cada vez más inexistentes presupuestos nacionales. Esos investigadores, que confunden fácilmente sus medios de vida (y de éxito) con Lo Bueno, y Lo Necesario para el país y la humanidad, se han ido convirtiendo en los mejores aliados de la operación de desembarco.

Con ese dispositivo de fuerzas, los alimentos transgénicos se expandieron en Argentina como reguero de pólvora y en pocos años se ha llegado a casi 50 millones de toneladas en la última cosecha, 2007/2008, cubriendo, sólo la soja GM un área de algo más de 16 millones de ha de cultivo, más de la mitad (54%) del total de cultivos actuales en Argentina. No son los números en sí los que alarman sino la tendencia y el ritmo que lleva.

Se trata de toda una apuesta a la cantidad, no a la calidad que una estrategia nacional y racional habría podido valorizar mucho más, dado el carácter de las tierras argentinas, que se contaban entre las menos contaminadas del planeta. Por lo menos hasta la invasión de la soja.

Estamos ante una transformación radical del campo argentino. Y a un ritmo también sin precedentes. ¿Cómo sobrevino, por qué tanta velocidad de arrasamiento junto con la de la forja de grandes fortunas?

La crisis del 2001 no fue de todos, ciertamente

Podemos encontrar un cierto paralelismo que no alcanza para establecer razones causales pero sí tal vez para entender aires de época: la gran ofensiva del trust sojero se produce cuando el desbarajuste social de la Argentina en el 2001.

Bástenos saber que lo que eran cien mil toneladas en los ’70 ya habían llegado a los 4 millones de ton. a comienzos de los ’80. En 1996/1997, con la producción de soja transgénica ya bien establecida, el país llega a tener 5 millones de ha con dicho cultivo que rendirán 11 millones de ton. Mientras el país va entrando en el embudo de la desocupación y el endeudamiento y la ficción del peso argentino va ensanchando la impotencia económica del país, los sojeros van haciendo su agosto... en dólares. En la zafra de 1999/2000 llegan a los 20 millones de ton. de soja, prácticamente toda transgénica y para el año del descalabro social del país, la zafra del 2000/2001 saltará a unas 26 millones de ton. Aumento anual: 30%. Para la del 2001/2002 vencerán la marca de las 30 millones de toneladas. ¿De qué crisis podrían hablar ellos?

Valiéndose de la política de los hechos consumados (los alimentos transgénicos se empezaron a producir, y a consumir en el país sin que existiera la menor legislación al respecto; se podría decir que son perfectamente ilegales), barriendo con obstáculos, invadiendo tierras que eran de selva (de enorme valor ambiental) u “ocupadas” por campesinos pobres y sin títulos (por más que el mismísimo derecho burgués les tendría que haber otorgado la titularidad mediante la usucapión muchas décadas atrás) y que para tales trabajadores y habitantes eran de enorme valor social y económico; barriendo también con explotación lechera (miles de tambos “convertidos” a la soja; pensemos lo pesado o imposible de la reconversión), y hasta con algo de la producción de trigo, alimento humano por excelencia, concentrando los planteles vacunos en feed lot con lo cual aumentan los rendimientos a un costo sanitario no calculado e incalculable, usando –los protagonistas madeinUSA– las tierras argentinas como cabecera de puente para contrabandear material transgénico a Brasil (país que resistiera la penetración de Monsanto y el USDA, seguramente porque no gozó de las “relaciones carnales” que hicieron la delicia del menemato), la soja se ha convertido en “reina”, al decir de sus cultores, ideólogos y abanderados.

En el verano, sudado verano del 2002, el crac del “estado modelo” del FMI y del PNUD estalla en las manos del gobierno de la Alianza, que ya no era tal. Con las recetas menemcavalísticas, el hambre se había ido haciendo insoportable. Sus causantes fueron la desocupación y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, flexibilizados, miserabilizados, con la anuencia del poder sindical. El complejo sojero es uno, uno más al menos, de los causantes de la desocupación. Una “agricultura sin agricultores”, como fue definida por el Grupo de Reflexión Rural, GRR.

Los sojeros tienen “su oportunidad” social. Bajo la consigna “soja solidaria”, a principios de 2002 aumentaron la apuesta y procuraron no sólo adueñarse de la economía agraria argentina al servicio de la política alimentaria de EE.UU. en el planeta, sino adueñarse de la población argentina, sometida a la condición de cobayo, creando las condiciones para que a la población le cueste mucho no comer soja. “Llenarse con soja”, pareció ser la consigna entonces. En realidad, claro, “llenar” a los pobres con soja…5

El trust sojero entrevió entonces la posibilidad de quedar bien con poco. Con el 1o/oo de su producción, como ellos mismos confesaran entonces, podían “cubrir las necesidades” o “llenarle la panza” (táchese la que no corresponda) a la creciente masa de hambrientos (eran 30 millones de kilos de grano); escamotear el papel de coautores del desastre; esquivar asimismo el de usufructuarios principales del descalabro, del vaciamiento del campo argentino, cada vez más privado de sus productos de calidad.

Por eso, soja hasta en la sopa. Soja cocida. Algo insensato, puesto que los países que más consumen soja (y lo hacen desde hace siglos o milenios) han aprendido a comerla fermentada, porque es la forma de hacerla más digerible, más asimilable. Pero apurados por sacar rédito de la crisis a la que tanto habían contribuido, el complejo sojero no se ha fijado en tales minucias.

Como vemos con el ejemplo de la “soja solidaria”, el estado nacional y periférico a gatas apareció, a gatas sobrevivió a la ola que todo mercantiliza.

La seducción vence más a menudo que el palo

Dejemos por un momento la historia argentina reciente y volvamos a las relaciones peligrosas “centro/periferia”.

Concedamos que con la formación de los estados nacionales, aquellas simples economías de enclave han desaparecido. O al menos el cuadro de situación se presenta como si hubieran desaparecido. Nuestros estados nacionales legislan, facultan, deciden, regulan, controlan, penan. Aunque cuando, si uno observa de cerca estas funciones en nuestros estados periféricos, el como si va haciendo su streap-tease.

El capitalismo central, es decir los grandes capitalistas de las naciones enriquecidas, “ofrecen” sus políticas para que las sociedades libres periféricas resuelvan si las adoptan. Política de inversiones, por ejemplo, ofrecimientos de adelantos tecnológicos más o menos formidables. ¿Y quién en su “sano juicio” va a rechazar semejantes ofertones? Eso dicen al menos todas las capas económicas, profesionales, técnicas, políticas que están altamente interesadas en la asociación con la melodiosa voz del amo.

Veamos algunos ejemplos que esclarezcan el cuadro: durante el menemato la cantidad de empresas mineras provenientes del Primer Mundo en Argentina se multiplica por más de veinte; de cuatro a noventa y tantas. Exoneraciones impositivas, regalías entre las más bajas del mundo entero, confianza ciega a las modalidades de extracción ofrecidas por las empresas previa elaboración de informes de las propias empresas sobre impacto ambiental…

Una verdadera fiesta de la minería ajena.

Durante esa misma década, previa desregulación absoluta de la actividad agropecuaria argentina, se deja librada a la actividad privada nacional y extranjera la formación de la política rural argentina: así comenzó la sojización (transgénica) del país.

Estos dos ejemplos nos brindan un hilo para seguir, y es que la dependencia psico-, tecno-, económica sigue estando muy presente, es decisiva en “los acuerdos” productivos entre los grupos económicos que uno ve como argentinos y el capital transnacional.

Pero a diferencia de las economías de enclave de otrora, las economías contemporáneas son más complejas y al menos en la apariencia se trata de economías nacionales por aquí y economías nacionales por allá… y un poco en todas partes, la economía transnacional.

Pero por más globalizada que parezca esta última, todos los acuerdos, las regulaciones (y desregulaciones) se suscriben entre estados, el mismo estado que parece en crisis en los países periféricos o empobrecidos pero que sin embargo, parece gozar de muy buena “salud” en los países centrales o enriquecidos. Y aquí, otra curiosa asimetría: los monocultivos, las monoproducciones en general son periféricas, no se corresponden con las economías centrales. A porcentajes de economía basada en monoproducción, aquellos países que ostentan menores porcentajes de una misma actividad serán indefectiblemente metropolitanos, primermundianos y aquellos con el mayor porcentaje, serán países monocultores, proveedores de materia prima, dependientes, deliberadamente mal llamados “en desarrollo”. ¿De qué desarrollo hablamos desde hace cinco siglos?

Una pregunta que al menos ingenuamente se formula más de uno, cuando aprende el a b c de las diferencias entre países satisfechos, es decir con población con necesidades básicas satisfechas (NBS) y países con población, a veces abrumadoramente mayoritaria, con NBI, absolutamente insatisfechas, es cómo una sociedad puede aceptar semejante distribución de roles. Y la izquierda en general, que es desde donde se suelen plantear estos interrogantes, las más de las veces nos recuerda el poder del fusil, del garrote, de la represión, de la seguridad nacional… de “ellos”. Lo cual no es necesariamente falso, puesto que muchas veces ha sido eso, la ultima ratio, lo manejado desde el imperio (que nos haya tocado en suerte, en el tiempo).

Pero la configuración más habitual suele ser muy distinta. La exacción, el despojo, se produce en medio de una fiesta: de trabajo, de frenesí, de optimismo, de derroche. No es el poder imperial despojando inmisericordemente a la población satelizada y sojuzgada lo que se ve. Lo que se ve es el poder imperial que goza de aliados dentro de la población satelizada y sojuzgada. Con los cuales establece una relación “gananciosa” que sólo los criticones, los refractarios, los “amargados de siempre” rechazan.

Ganadores y perdedores: no hay suma cero

Porque hay toda “una sociedad” dentro de la sociedad general que sale gananciosa. Tendríamos que decir más bien una “asociación”. El ejemplo con la soja en Argentina es paradigmático.

Pocas veces ha tenido la administración del estado tantas reservas como gracias a las retenciones, impuestos o no, a la exportación, que se le cobra a la soja exportada. Aun con todo lo que debe “marchar” en negro, el estado recauda con pala. Estableciendo esas marcas sin precedentes (se ha dicho que el estado actual tiene más reservas en dólares que las que tenía Argentina y usufructuó Perón al fin de la segunda guerra mundial: claro que dólares no es lo mismo que oro, pero así y todo…).

Pero no se trata sólo de la recaudación pública y sus rebotes, por ejemplo, los ingresos que cubren a desocupados y subocupados, las mejoras jubilatorias, que hacen que tanta gente esté gozando, siquiera infinitesimalmente, de la soja. Y en primer lugar, of course, de la rentabilidad obtenida por los dueños del ciclo sojero. Con tierras, con maquinarias agrícolas o con circuitos conectivos del paquete tecnológico, con la circulación de bienes conectados a la producción sojera, etcétera. En el caso del núcleo fuerte de inversores en el modelo de la soja, las ganancias ya no se miden en 4 x 4 o en apartamentos de Palermo o Belgrano; ahora se trata de inversiones inmobiliarias aquí y en el Primer Mundo, de aviones, de redes financieras multimillonarias de alcance mundial.

Pero además, de la expansión sojera se sirven y a la expansión sojera la sirven: los camioneros, los tractoristas, las redes de los laboratorios que producen los contaminantes correspondientes, la petroquímica y las respectivas fábricas de envases a su vez ellos también contaminantes, la metalúrgica de máquinas-herramientas para siembra directa y la automotriz que recibe la parte final de la cosecha bajo la forma de consumos más o menos suntuarios, como las trajinadas 4 x 4; los aviadores y las correspondientes pistas de aterrizaje, la fabricación de aviones fumigadores, que son los principales agentes de envenenamiento generalizado, las redes bancarias y comerciales que atienden buena parte de los ingresos de la soja y una larga cadena de etcéteras.

En realidad, otros sectores que podrían haberse disparado junto con los ya señalados, pero que brillan por su ausencia, habrían sido el médico-sanitario para enfrentar todas las temibles y atroces secuelas que la contaminación generalizada con agroquímicos está dejando, el sector veterinario o más bien eco-veterinario para aprender a entender la desaparición de macro- y microfauna, de perdices, liebres, pájaros, lombrices, escarabajos y procurar remediarla, o un sector de investigación botánico para poder visualizar todo lo que se pierde entre lo que genéricamente se llama yuyo y es exterminado por el glifosato.

Esos sectores del conocimiento, la técnica y la acción humanos, con sus ramas de actividad, no se han expandido junto con la sojización generalizada. Porque, claro, lo que se atiende con la sojización es la rentabilidad, la ganancia y no la forja de una sociedad, digamos, “entre todos” o respetuosa de humanos y naturaleza.

Por eso tampoco se perciben las pérdidas y los perdedores del reino de la soja: la población expulsada por las buenas, por las malas o por las peores; la pérdida de lugares de trabajo y de la dignidad con ello barrida, la marginación creciente y la parasitización forzada de tantos desplazados con su secuela de deterioro alimentario, de salud y de ánimo,6 el arrinconamiento de los agricultores familiares o con producción local, generalmente sin agroquímicos, validos de los mejoradores “naturales” de la tierra (estiércol, compostado), la desaparición de bibliotecas sin libros constituidas por los conocimientos agrícolas elaborados a través de la experiencia y las generaciones de quienes fueron mejorando nuestros alimentos; la extinción masiva y suicida de fauna y flora arrasados por la ola de agrotóxicos que no cede, al contrario aumenta. ¿Es que alguien piensa que esto se puede hacer impunemente? Que mediten la frase atribuida a Seattle, cacique suwamish del norte americano: “¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se fuesen, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra con los animales en breve ocurrirá a los hombres.”

Ya la experiencia del menemato nos permitió visualizar este fenómeno de la complicidad o de la coincidencia de fuertes sectores sociales con la “fiesta del importado”, con el festival del trabajo “en negro”, con el placer del dólar barato que facilitaba tanto viajar al “Primer Mundo” y otras “realidades” por el estilo.

Estos festivales repentinos, afiebrados, transitorios, suelen caracterizar a los países dependientes o neocoloniales.

Un estado primermundiano no suele permitirse estas ligerezas. Porque no las necesita. Las NBS les dan otro aplomo y no están urgenciados por una ganancia de coyuntura, cuando viven ya en la ganancia.

La fiebre de riquezas es propia, precisamente, de sociedades esquilmadas que ven a la riqueza sobre todo como un espejismo, como un anhelo. Que para mucho “medio pelo” es el recurso para distinguirse de los que no son “como uno”.

Con la soja encumbrada (y la ignorancia gubernamental) hemos presenciado el revival de la Argentina blanca, genocida, clasista y presuntamente educada. Los que tenían pavor de que se terminara la fiesta de la soja. Y que ahora “reposan” y unen “campo y democracia”. Sin los remilgos de “reforma agraria” o producción limpia.

A pura rentabilidad. Como si el rey Midas pudiera alimentarse con sus manos.

*Luis E. Sabini Fernández Miembro del equipo docente de la Cátedra Libre de Derechos Humanos, Facultad de Filosofìa y Letras de la Universidad de Buenos Aires, periodista y editor de la revista semestral futurosdel planeta, la sociedad y cada uno.

1 Los barcos esclavistas iban a las costas africanas a “liberar” esclavos. Porque previamente habían hecho acuerdos con los reinos costeros para que les consiguieran “prisioneros de guerra”; rehenes, secuestrados, a cambio de los cuales les entregaban mercancías interesantes. La entrega de dichas mercancías era lo que ellos llamaban liberar o “rescatar” esclavos. Que de inmediato eran depositados en cargueros que enfilaban al Atlántico. En condiciones ya documentadas, donde los malos tratos y las pésimas condiciones provocaban una mortandad en la travesía que superaba la de las duras condiciones sufridas durante sus capturas.

2 Véase “Zonas francas: esclavitud de nuestro tiempo”, futuros, no 2, 2001.

3 Los métodos de implante tienen rasgos comunes con otras formas de dominio cultural en áreas aparentemente muy diversas. Por ejemplo, con la imposición (desde el centro planetario) o si se quiere, con la adopción (desde la periferia) de productos “culturales”, las más de las veces modeladores de imaginarios castrados en la población.

Tomemos el caso de la distribución cinematográfica (con toda la penosa confusión entre cultura y espectáculo, puesto que el cine participa a la vez de ambos): para “bajar” la producción de Hollywood a los cines rioplatenses (y a todo el resto del mundo, incluido Europa), compañías estadounidenses de distribución de películas compran las redes locales tanto de distribución como de exhibición (existe una ley en EE.UU. que prohíbe la propiedad de cines por parte de extranjeros en su territorio); no queremos ni imaginar las restricciones para que extranjeros ejerciten la distribución cinematográfica en EE.UU.

4 El laboratorio más grande del mundo, líder en los ‘50 de la implantación de termoplásticos en el mundo y la consiguiente contaminación fuera de control; en los ‘60 puntal de la “Revolución Verde”, y su difusión de agrotóxicos; en los ‘70 proveedor clave de la guerra química de EE.UU. en Vietnam, fabricante principal del “Agente Naranja” que devastó tantas tierras en Asia, en los ’80, tiene el dudoso privilegio de recibir la habilitación para el edulcorante Aspartame, que había esperado década y media una aprobación de la FDA (Dirección de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.) que con Reagan se logra en cuatro meses… y desde los ‘90, vanguardia en la implantación de plantas y alimentos transgénicos y voraz adquirente “global” de semillerías.

5 Sobre los resultados de tal política, de la cual sus mismos autores han procurado desligarse, véase mi “Ahora, en Argentina los sojeros enseñan a comer…”, www.ecoportal.net; www.rebelión.org; www.biodiversidadla.org

6 Alejandra Dandan da sólo para la provincia del Chaco casi un tercio de su población “desplazada”, marginada por la sojización progresiva. Cien mil seres humanos. Si las cifras fueran proporcionales para todo el país, tendríamos que hablar de por lo menos diez millones de perdedores con el modelo cuyo éxito disputan campestres y gobierno… (véase “Desplazados”, Página 12, 20/7/2008).

martes, 19 de agosto de 2008

ENCE Y LA TALA ILEGAL DE MONTE INDIGENA

Comunicado de prensa – 19 de agosto de 2008

Ence y la tala ilegal de monte indígena

La necesidad de una investigación completa En el día de hoy se difundió la noticia de la suspensión temporal ordenada por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) de todos los trámites de la empresa española Ence ante la Dirección Forestal. Dicha medida, que apoyamos, fue adoptada tras haberse comprobado la tala ilegal de cerca de 80 hectáreas de monte indígena en Paysandú para destinarlas a la plantación de eucaliptos.

Este hecho es muy grave, dado que el monte indígena está expresamente protegido por la ley 15.939 y su tala solo puede hacerse mediante la autorización del MGAP, con la que en este caso Ence no contó.

La acción ilegal ahora confirmada constituye una buena oportunidad para destacar que en julio de este año Guayubira hizo una recorrida por la zona de plantaciones de Paysandú y que en tal ocasión recibió varias denuncias de tala de monte indígena, entre las que se incluyó la de testigos directos de la destrucción indiscriminada de árboles centenarios por parte de la empresa Ence. También se nos informó que un edil de Paysandú había tomado cartas en el asunto y que había hecho la denuncia en la seccional policial correspondiente. En base a dicha información, Guayubira presentó la denuncia ante la autoridad competente del MGAP.


A raíz de las distintas denuncias, las autoridades del MGAP concurrieron al lugar, donde constataron la tala ilegal de cinco áreas de monte de parque totalizando unas 80 hectáreas. De acuerdo con la información aportada por el MGAP, las áreas taladas habían sido especialmente marcadas para ser conservadas en los permisos que la empresa obtuvo para talar otras zonas

Al mismo tiempo, cabe señalar que este hecho es apenas una cuenta más en el largo rosario de violaciones ambientales de Ence, que arranca en la España franquista y continúa hasta nuestros días. Recientemente, luego de una larga lucha, las organizaciones españolas lograron que en junio de este año se suspendiera la certificación (bajo el sello FSC) de las plantaciones de eucaliptos de Ence en España, por hechos similares al ahora constatado en Uruguay. Es de esperar que lo propio ocurra con la certificación de las plantaciones de Ence en nuestro país, puesto que ha violado al menos dos principios del FSC al haber destruido bosques y violado la legislación nacional.

Finalmente, es probable que estas 80 hectáreas sean apenas la punta del iceberg. Por un lado, porque las denuncias sostienen que la deforestación fue de unas 300-400 hectáreas a lo largo de unos 15 kms del río Queguay, en los establecimientos La Gambeta, Los Gurises y Las Pampas. Por otro lado, porque en mayo ediles de Paysandú denunciaron la tala de monte indígena por parte de Ence en la zona de Guichón.

Como elemento agravante de la conducta de la empresa, corresponde señalar la forma en que se hizo la deforestación. El primer paso fue la quema, seguida de la tala y de la disposición de los restos de los árboles en fosas de 3 metros de ancho y 2 metros de profundidad, dispuestas en franjas a 100 metros una de la otra y recubiertas con tosca. O sea, que el operativo apuntó a ocultar el cuerpo del delito.


En base a todo lo anterior, Guayubira considera que los hechos constatados ameritan no solo las sanciones correspondientes, sino además una investigación profunda en las más de 180.000 hectáreas adquiridas por esta empresa y que la suspensión temporal de todos los trámites de Ence ante la Dirección Forestal se mantenga hasta tanto dicha investigación no haya culminado.


Por más información o entrevistas:Grupo Guayubira
410 0985 / 413 2989 / 099 367 966
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PINO QUE PINO!!!!

Amig@s :

Les comunicamos que acabamos de colgar en la página de Guayubira una nueva versión de la chamarrita “Pino que Pino” del cantautor riverense Luis Alberto Fontes, a la que se puede acceder en la siguiente dirección: http://www.guayubira.org.uy/arte/pino_que_pino.wma

Les invitamos también a visitar la sección "arte y resistencia" donde además de una canción del Grupo Arazá y Gonzalo Abella (en venta...) hay otras expresiones artísticas.

Esta es la letra de “Pino que pino”

Capitales extranjeros han invadido mi tierra
aquel rico patrimonio que Artigas no lo vendiera
pues él creyó ser la herencia mejor que a los suyos diera.
Vienen a dar mano de obra por miserables monedas
y la sangre del obrero corre cansada en las venas.
Se vende a muy bajo precio la necesidad ajena.

Al campito, don Carlitos lo vendió con mucha pena
pues no lo pudo poblar, vale poco y es de arena.
Y él se fue con su mujer pa´l pueblo, pa´una vivienda
por ahí se va a morir, otra cosa no le queda.

Y es doña forestación, señora muy orgullosa
tiene mucho capital es galana y pretenciosa
Y se quedó en mi país, mire como son las cosas
la gringa se enamoró de mis tierras arenosas.

ESTRIBILLO

Pino que pino se planta
Pino que pino que nace
Pino que pino que crece
Pino que pino se tala
y es la savia de mi tierra tan uruguaya y tan noble
callada igual que mi pueblo
cada vez está más pobre.

Pino que pino que sí
Pino que pino que no
Pedro que planta los pinos a puro puño y pulmón
Pino que pino que sí
Penas, pobreza y sudor,
triste el destino de Pedro,
penando de sol a sol.

Pino que pino que no
Pino que pino que sí
Pedro que planta los pinos
que tienen destino muy lejos de aquí.
Pedro es triste tu destino y oscuro
el camino de tu porvenir.
____________________________

Yo sólo quiero saber cuando se vayan los gringos;
si es que algún día se van;
si es que se encuentra el camino
que harán con las comadrejas,
los lagartos, los zorrinos, los zorros
y las cruceras y los troncos de los pinos.

ESTRIBILLLO

(FIN)

-El disco está disponible en el Primer Centro de la Ecología:
Tristán Narvaja 1612 entre Mercedes y Uruguay
tel. 409 7341
-En cuanto a la canción de Arazá, solo se ha grabado un demo.







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sábado, 9 de agosto de 2008

Pasteras por aquí, pasteras por allá ¿ Y no pasa nada? ....

Jueves, 31 de Julio de 2008
Instalarán una pastera más grande que Botnia en Argentina


El Director del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), Raúl Karaben, señaló que en el municipio de Santo Tomé ya está en un proceso muy avanzado la concreción de una pastera que sería más grande que Botnia.


El titular del INYM dijo que "ya están avanzadas" las negociaciones y que tanto Misiones como Corrientes tienen una visión diferente a Entre Ríos respecto de la instalación de industrias de estas características.
El Director del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), Raúl Karaben, señaló que en el municipio de Santo Tomé ya está en un proceso muy avanzado la concreción de una pastera (popularmente conocida como papelera) que sería de mayores dimensiones que la instalada en Fray Bentos, Uruguay y de similares características técnicas que ésta.
Karaben, al analizar el proyecto de la instalación de una pastera en la localidad correntina de Santo Tomé sobre los márgenes del río Uruguay dijo que "esto ya fue anunciado por la provincia de Corrientes, el municipio de la ciudad de Santo Tomé y por la propia empresa. La inversión sería muy importante y está en un proceso muy avanzado".
Finalmente, el titular de INYM dijo que la diferencia en el tratamiento del conflicto de la papelera Botnia en las provincias de Misiones y Corrientes con respecto al resto del país.
"En todo momento las provincia de Misiones y Corrientes, que son provincias involucradas con las papeleras, han dicho que estaban de acuerdo con la instalación de plantas nuevas, no concordaban con la protesta que se llevó a cabo en Entre Ríos".
"Lo miramos de una forma muy distinta de lo que lo ve el pueblo entrerriano o el país, porque a nosotros nos interesan las papeleras, ya que son una gran fuente de recursos, lo que si compartimos es el concepto ecológico de cuidar el medio ambiente", indicó.
Ayer a las 12:00
Instalarán otra pastera en las orillas del Río Paraná


La empresa que construye la planta brasileña sobre el río Paraná es Votorantim Celulose e Papel. Es más grande que Botnia y estará enfrente a la Argentina.


En la ciudad de Tres Lagoas, sobre el río Paraná, se construye la mayor planta de celulosa del mundo, con una capacidad de 1.300.000 toneladas anuales de celulosa blanqueada de eucalipto.
Es más grande que Botnia y estará enfrente a la Argentina. Eso significa un 30% más que la planta de celulosa de Botnia en Fray Bentos, que junto con una planta ubicada en China son actualmente las más grandes de este tipo.
El río Paraná nace en Brasil, luego resulta fronterizo entre Brasil y Paraguay, y más al sur es frontera entre Paraguay y Argentina donde se encuentran las plantas de celulosa argentinas como Alto Paraná, Puerto Piray y Papel Misionero.
Kemira se encuentra instalando una planta de producción de químicos en Celulosa Argentina, la cual recibirá materia prima fabricada por Kemira en Fray Bentos.
La empresa que construye la planta brasileña sobre el río Paraná es Votorantim Celulose e Papel, uno de los gigantes brasileños del sector, con la participación de proveedores de maquinaria como Andritz que también trabaja en Fray Bentos para Botnia, utilizando equipos modernos de excelente resultado ambiental.
Este proyecto contó con el apoyo financiero del gobierno brasileño presidido por Lula, y luego que esté operativo en mayo del año que viene, la empresa se apresta a encarar uno similar en el sur del estado de Río Grande del Sur, cercano a la frontera uruguaya en el Chuy, en un sitio a determinar en los municipios de Río Grande o Arroyo Grande.


-- Centro Ecologista Renacer

Alternativa al monopolio

Alternativa al monopolio

Diario online Momarandu.com, Argentina, 7 de Agosto de 2008

Ayudar al desarrollo de una feria de alimentos locales significa
impulsar una alternativa al monopolio del alimento que no sólo
comercia productos menos saludables, sino que con el poder del mercado
también eleva los precios a su gusto, sostuvo la especialista en
cuestiones rurales María Mercedes Pereda. "De ello depende la
soberanía alimentaria de los argentinos", dijo.

Para la especialista, los ciudadanos comunes, los consumidores, deben
apoyar iniciativas de producción de alimentos locales con su compra
para que los campesinos mejoren sus servicios y dejen de vivir del
asistencialismo de los gobiernos.
Pero para eso, el consumidor debe primero dejar de comprar en las
cadenas de supermercados que no son locales, aseguró. "Las ferias, que
son locales, o en las verdulerías, deben volver a ser los sitios más
concurridos para la compra", dijo.

Ayudar al desarrollo de una feria de alimentos locales, significa
impulsar una alternativa al monopolio del alimento, que no sólo
comercia productos de menor calidad y menos saludables, sino que con
el poder del mercado eleva los precios a su gusto, señaló Pereda.

"Con una compra un consumidor no rompe a ese monopolio directamente,
pero cuando esa compra se transforme en hábito de muchos se generará
una fisura" dijo. "La gente vivirá mejor".

La relación urbano-rural es muy desfavorable hoy en Argentina, expreso
la especialista. "Sabemos que esta cuestión tiene que ver con
cuestiones de exclusión histórica de los pequeños productores, de esos
que nunca perdieron el hábito de la producción familiar de
autoconsumo", dijo.

Para la licenciada, históricamente los productores agrarios que viven
de la producción y el abastecimiento al mercado interno estuvieron
excluidos, "y no me refiero a los que solamente los que tienen
tierras". "Fortalecer a esos productores significa fortalecer a un
servicio fundamental que alimenta de productos sanos y frescos a la
ciudad", dijo.

"Los pequeños productores no producen para exportar, producen para
alimentar a los pueblos y ciudades, y con eso generan estabilidad en
el mercado interno", agregó.

Según Pereda, el mercado que hoy controla al costo de los alimentos se
fortaleció tras reiteradas crisis sucedidas en la historia argentina
que relegaron a la producción de alimentos propios. "Ahora resulta
difícil competir el mercado instalado" dijo.

Para salvar esa dificultar, los productores deben apelar a la venta
directa en cadenas cortas sin intermediarios, porque "en la
intermediación está el negocio de las grandes cadenas", dijo la
especialista.

Si no, de utilizar cadenas largas, los costos para producir alimentos
de mejor calidad, como los que producen los pequeños agricultores se
encarecen y "el precio y la calidad debe ser la fortaleza de la
producción familiar", dijo.

"Necesitamos que los gobiernos empiecen a generar políticas que
favorezcan al consumo de alimentos locales. La legislación argentina
está hecha para la agro industria, para las cadenas largas", advirtió
Pereda.

Para la especialista, los controles fitosanitarios que rigen a la
producción hoy truncan más de lo que estimulan a este tipo de
producciones. "Algunos productores están capacitados, tienen la
tecnología suficiente, pero no pueden vender", concluyó.

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Programa en Desarrollo Rural y Sustentabilidad
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martes, 5 de agosto de 2008

¿NO SERÁN DEMASIADAS FABRICAS DE CELULOSA PARA UN PAIS TAN CHICO?

Portucel: ¿No serán demasiadas fábricas de
celulosa para un país tan chico?
5 de Agosto de 2008

Quizá reflejando un sentimiento de creciente preocupación a nivel nacional, Teledoce en internet publica el 1º de agosto una entrevista realizada al subsecretario de Industria Gerardo Gadea, bajo el sugestivo título de “República papelera”. En la entrevista, Gadea anuncia la instalación de otra fábrica de celulosa: la de Portucel, en el este del país.
Manifestando una inquietud similar, una periodista le había formulado a Gadea una pregunta que muchos se están haciendo: ¿No serán muchas 4 fábricas de celulosa? (refiriéndose a Botnia, Ence, Stora Enso y ahora Portucel). La respuesta fue la misma que la registrada por Teledoce: “Están los estudios realizados y todavía tenemos paño para plantearlo. Eso lo ha planteado el propio Ministerio de Ganadería, que ha hecho un estudio al respecto y todavía tenemos espacio como para seguir desarrollando la industria forestal en el Uruguay”.
A pesar de todas las tentativas realizadas ante varias reparticiones estatales, Guayubira no pudo acceder al estudio mencionado por Gadea, así que sólo podemos suponer que se estaría refiriendo al hecho de que todavía existen unos 2 millones de hectáreas de suelos definidos como de “prioridad forestal”, que por lo tanto estarían legalmente habilitados para ser plantados con los eucaliptos que Portucel necesita para abastecerse de materia prima.
Sin embargo, el hecho de que puedan ser legalmente plantados no significa que hacerlo sea conveniente. Lo cierto es que ya existe evidencia más que suficiente que muestra que estos grandes monocultivos están resultando en gravísimos impactos sociales y ambientales. Impactos tales como la concentración y extranjerización de la tierra (Botnia ya es propietaria de al menos 180.000 hectáreas de tierra y Ence de otras 180.000). Todo hace pensar que Portucel seguirá el mismo camino en materia de adquisición de tierras para la plantación de eucaliptos destinados a abastecer su planta. Impactos tales como la expulsión rural, como la subcontratación de trabajadores forestales, como la desaparición de cursos y fuentes de agua, como la contaminación con agrotóxicos, como la aparición de plagas, son todos hechos que muestran que el espacio para la forestación ya se acabó.
En Rocha en particular –departamento en el cual se instalaría la empresa– cada vez hay más productores que han quedado rodeados por la forestación, con todos los impactos que ello implica. Son muchos los productores que se están quedando sin campos para el ganado, ya sea por el encarecimiento de la tierra o porque las forestales han ido comprando los campos que ellos arrendaban para pastorear y que, en la medida en que la situación no cambia, están buscando quien se las compre para abandonar el lugar. Las denuncias de falta de agua, de contaminación (que los vecinos atribuyen a los agrotóxicos que se usan en la forestación) y del creciente número de plagas vinculadas a la forestación que afectan sus producciones también llevan muchos años sin obtener respuesta.
Pero además, en el caso de Portucel habría un impacto adicional: la destrucción de La Paloma como recurso turístico. En efecto, el proyecto viene acompañado de la instalación de un puerto de aguas profundas en ese balneario, que serviría para exportar la producción de éste y otros mega emprendimientos a instalarse en la zona.
Al igual que en los casos de Botnia y de Ence, la instalación de Portucel ha sido precedida por la visita del Presidente de la República y sus ministros a la fábrica en el país de origen de la empresa. Como no podía ser de otra manera, se llevaron una buena impresión. Al igual que en los otros dos casos, la empresa aspira a que el Estado le otorgue ventajas tributarias y al respecto, Gadea se adelantó a informar que “es probable que se otorguen beneficios impositivos o de zona franca al grupo inversor”. Tal como en los casos anteriores, se manejan cifras de miles de millones de dólares y de miles de empleos, destinados a conquistar apoyo público a esta inversión. En ese sentido, es importante recordar que Portucel estaría protegida por un Tratado de Protección de Inversiones (1), que entre otras cosas implica la no adopción por parte del Estado de medidas que pudieran ser consideradas “discriminatorias”, tales como el no otorgamiento de las mismas ventajas concedidas a Botnia y Ence. Es decir, la zona franca.
¿No será hora de mirar la realidad en el Fray Bentos post- construcción de Botnia y de hacer un balance serio de los resultados? Por ejemplo, ¿no habría que analizar las razones por las que Río Negro es hoy el departamento con mayor nivel de desempleo del país? ¿No será hora de mirar la realidad de la forestación y de hacer un balance serio de sus impactos? ¿No será hora de preocuparse de no llegar a ser una “República papelera”?
(1) Ley nº 17210, del 14 de setiembre de 1999: “Acuerdo sobre la promoción y protección recíproca de Inversiones Portugal – Uruguay”.
Por más información o entrevistas:
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CONVOCATORIA Y PROGRAMA 15 Y 16 DE DICIEMBRE 2007

ASAMBLEA TACUAREMBÓ - ASAMBLEA REGIONAL - DICIEMBRE 2007

EL 15 Y 16 DE DICIEMBRE EN TACUAREMBÓ URUGUAY OCURRIO ALGO HISTORICO, POR PRIMERA VEZ SE UNEN LOS PUEBLOS ARGENTINO, BRASILEÑO ,URUGUAYO Y MARCHAN POR "NUESTROS RIOS, NUESTRA TIERRA Y NUESTRO FUTURO".CONTRA EL MODELO FORESTAL CELULOSICO Y LAS PASTERAS. HACIA UNA NUEVA LIGA FEDERAL EN LA LUCHA POR LA DIGNIDAD DE LOS PUEBLOS DE LA “PATRIA GRANDE”. Asamblea Tacuarembó

"Los pueblos de la América del Sur están intimamente unidos por vínculos de naturaleza e intereses recíprocos"

José Gervasio Artigas

ASAMBLEA REGIONAL - ASAMBLEA TACUAREMBÓ

CIERRE ASAMBLEA REGIONAL - HOMENAJE A JOSE GERVASIO ARTIGAS - TACUAREMBÓ - Palabras GONZALO ABELLA